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Serie: 3º Cuatro bodas
Editorial: Penguin Random House / DeBolsillo Fecha de publicación: 21 Junio 2012 PVP: 8,95 € |
La única concesión al romanticismo en la vida de Laurel es ofrecer el remate perfecto a una celebración perfecta... preparando el más perfecto de los pasteles de boda. En lo demás, ella antepone su sentido práctico y cierta actitud cautelosa.
Aunque, cuando se va con tanto cuidado, se puede terminar caminando a tientas y darse de bruces con Delaney Brown, abogado de la empresa de organización de bodas que comparte con Parker, Mackensie y Emma, y el hombre más leal, encantador y exasperante que haya conocido jamás.
¿Será el momento de atreverse a probar una relación con la que, hasta ahora, Laurel solo podía soñar?
Crítica
Tercer libro de la cuatrilogía Cuatro bodas, en el que encontramos la historia de Laurel (mi favorita) y Delaney. Una pareja que se veía venir desde el primer libro prácticamente, pero que no defrauda nada en estas páginas.
Es un libro al que tenía muchas ganas por el carácter y la personalidad de Laurel. Un personaje que desde el primer momento se demostró fría, distante, incluso borde, en muchas de las situaciones que ocurren a lo largo de los anteriores libros, y con una personalidad que me atrajo sin saber por qué. En este libro se ve el por qué Laurel es así, el porqué de su carácter y su actitud hacia la gente que puede dañar a alguien de su entorno o ella misma. Pero todo eso queda de lado cuando el factor del cariño entra en juego. Sus seres queridos son lo más importante para ella y entonces es cuando se ve a la Laurel real. A mi parecer ella es la más compleja de las cuatro protagonistas, la que esconde más sus sentimientos, pero que los sabe demostrar cuando el momento es el adecuado, sin necesidad de palabras.
Hablando del chico de la historia, Delaney aparece como el hermano mayor para todas, que protege sin descanso a sus chicas, como él las llama. Es un hombre fuerte, leal, de convicciones fijas y claras, que se preocupa por su familia y que sabe cuál es su lugar en el mundo. El cambio que da su personaje, cómo evoluciona en relación a Laurel me ha gustado especialmente. No es el típico cambio de repente, sino que hace ver que, a raíz de que Laurel le muestre que es una mujer, él empieza a ver la realidad. Es un personaje que a pesar de tener toda su vida bajo control, lo que empieza a sentir por Laurel le descoloca y, aun sabiendo que está “mal”, no se niega el placer de jugar con ella. He dicho jugar porque al principio de su relación es lo que Del hace con ella. Cómo poco a poco van entrando en lo que es la relación, retándose entre ellos.
Bajo mi punto de vista creo que ha sido la pareja con más deseo y más ímpetu sexual de todas (aunque en el último libro existe una escena… que ya comentaré en su crítica, pero… vaya con Parker). Cómo ocurre su primer encuentro, sin importar nada más que lo que sus cuerpos desean, el momento estanque, hasta su forma de relacionarse tiene ese punto picante, pero se completa con el sentimiento, el GRAN sentimiento que entre los dos existe.
La parte fuerte del libro es el último capítulo, un capítulo donde ocurre lo que tenía que ocurrir y se dejan llevar por sus verdaderos sentimientos, dejando ver lo que de verdad significan cada uno para el otro. La declaración de Del, cómo lo hace y sobre todo, lo que le dice a Laurel, es demasiado bonita para ser real, pero si tengo que quedarme con una de las declaraciones, es la de Laurel. Cómo le abre su corazón llevaba por la rabia, cómo deja que vea su punto débil y cómo se “rompe” al verse vulnerable. Una declaración tan ajustada a la personalidad del personaje que no se ve forzada por cómo ocurre.
La historia de amor en sí se podría decir que es la típica en estos libros y bastante similar a lo que vivieron Mac (Álbum de bodas) y Emma (Rosas sin espinas), pero con una gran diferencia. En este libro no existe ese momento de pelea y no te hablo durante unas semanas porque me has hecho daño. No. En este libro eso no ocurre, su relación transcurre normal, sin ese momento cumbre que es el desencadenante de la declaración real de amor. Parte que me ha gustado, porque ese momento cumbre en la relación de Laurel y Del no pegaría. El detonante del cambio de sus sentimientos son esos, sus propios sentimientos, cómo la propia relación va dejando el camino hecho para que acaben juntos.
Si me tengo que quedar con algo de este libro, diría sin duda que es el personaje de Laurel, no porque Del no esté a la altura, todo lo contrario, simplemente el personaje de ella me ha llegado mucho más, esa lucha por cambiar lo que su futuro le deparará a causa de situaciones externas a ella, cómo consigue crear de sí misma lo que siempre soñó y, sobre todo, cómo defiende lo que es suyo con las garras afiladas, aunque por dentro se muera de miedo. Un libro que le puntúo con un 9,3… tres décimas más que los anteriores porque el personaje de Laurel me puede y toca darle su recompensa.
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